Habiendo ya pasado un par de días de que finalizó el Lollapalooza 2024, quisimos como equipo hablar de qué tal fue el evento en todo sentido posible, así que acá les ponemos en orden totalmente antojadizo lo weno, lo meh y lo feo de esta edición.
Lo weno
Poca basura
Probablemente el Lolla más limpio de todos. Fue increíble ver como la basura y residuos eran mínimos en el Parque Bicentenario de Cerrillos. Salvo pequeñas excepciones, el parque estaba permanentemente limpio con la gente haciéndose cargo de sus basuritas y de ponerlas en el puesto de reciclaje que correspondía. Eso hizo que todo se viese full más agradable y que se sienta que realmente funcionó la medida de evitar tener elementos desechables en general.
Muchos puestos de hidratación
Si bien no eran cientos de miles de puestos, los que estaban tenían agua fresquita permanentemente y eran bien expeditos. En ningún caso tuve que hacer fila para rellenar mi botella ni tampoco los vi colapsados o con problemas de flujo. Tampoco eran poquitos como para obligarte a comprar bebestibles o elegir morir de sed, así que les doy el punto de la buena medida de este año.
El pago con pulserita cashless funcionó impeque
Le tenía re poca fe, pa qué les voy a mentir, pero una vez pasado el cacho de cargar la pulsera, todo funcionó del uno. Tanto a los vendedores que paseaban entre el público vendiendo bebidas, aguas, churros y helados como a los foodtrucks y puestos de marcas grandes, la tecnología de la pulsera los hacía atender sumamente rápido, evitando sacar la tarjeta, hasta en medio del tumulto de las presentaciones se hacía cómoda la compra. Un 10 le pongo al sistema. De hecho, me sobró saldo y ya lo recuperé desde la web de Lolla oficial.
Los escenarios bien separados
Con eso se evitó que los sonidos se sobrepongan y que chocaran los shows, ya que al estar bien aislados naturalmente, hacían que cada experiencia en los escenarios, independiente si eran los principales o los secundarios, se escucharan bien. Mención honrosa totalmente a la calidad de audio. Un siete a los del equipo de sonido. Bien manejada la consola, hizo que todo sonara como debía y los shows estuvieran a la altura de los artistas.
Muy puntuales
Los shows empezaban tal como indicaba el horario ¡Y eso nos sorprendió un montón! No hubo retrasos de ningún tipo y todo funcionó como debería en ese sentido. Lo que sí, pero es un pelo de la cola, algunas bandas terminaron sus shows algunos minutos antes de lo programado, que siempre hizo que sus fans quedaran con sed de uno o que otro temita pendiente.
Baños limpios
En el caso de los varones del grupo que asistimos, vimos que los baños siempre estaban limpios y nunca tuvimos que hacer una fila de más de unos minutos para acceder a ellos, ya que habían bastantes. Tenían papel higiénico y jabón. Las chicas usaron baños del lounge y los regulares y dijeron también que estaban ok, lo que se agradece mucho.
Rapidez y variedad en la compra de comida
Primera vez que podemos decir que no hubo fila eterna para comprar donde sea y que todo era rápido y además, muy variado: desde la clásica hamburguesa, pasando por las de NOT CO, sushi y mochi. Eso sí, tiene una parte fea que la hablaremos más abajo.
El personal de organización UN SIETE
Los guardias, los voluntarios que estaban a cargo del reciclaje, los coordinadores de stands, las personas que limpiaban los baños y barrían, todos un siete. No, un 10, porque en serio, se pasaron. Fueron amables en todo momento y hacían su pega de super buena forma. De hecho, las chicas del team que estaban en la reja en varios shows, nos contaron que los guardias entregaban harta agua y de manera super amable. Todos los días conversé con varios trabajadores de distintos cargos y todos me dijeron que la organización los había tratado muy bien. Varios destacaron que les respetaban los descansos, cumplían con la ley de la silla, buenas colaciones y además, les permitían tomarse un tiempo libre si es que querían ver a algún artista cosa que podemos constatar porque en los shows podías a ver chicos de los equipos de diferentes marcas e incluso de la barra entre el público. Así que me saco el sombrero por Lotus en ese sentido, ya que cuidar a los trabajadores y no sólo a sus estrellas es lo más importante que pudieron hacer.
Lo Meh (o mejorable)
El Beer Garden
Se agradece enormemente que en esta edición hubiese chelita disponible, pero hay 3 puntos ahí que necesitamos se consideren. Primero: los precios. 4 lucas por una chela es mucho. Si bien sabemos que ese es el precio promedio en otros festivales, el hecho de obligarte a comprar el vaso para ser servido y atendido, dejándolo en 5 lucas (una lata que en todos lados vale luca) hace que uno quede con una sensación muy rara. Segundo: variedad. No había nada alternativo que no fuese chela, y si bien, no soy un curao profesional, si agradezco cuando hay un aperol spritz o un mojito o qué sé yo esperando a por mi para ser disfrutado. Acá era chela o nada. A menos que pagaras el lounge donde había de todo (y nos dijeron que estaba re weno). Tercero: el lugar. Es inaceptable que el lugar para tomarte la chela obligadamente (sí, no se podía salir con chela del Beer Garden) fuese un tierral con casi nada para sentarse, escasa sombra y nada cómodo. Básicamente, estabas en el peor bar del mundo, caro, sin poder sentarte y que además no te daba ninguna otra opción. Esperemos de verdad que lo mejoren ya que zamparse una heladita en medio del solarium que era el parque en la tarde sentado en un pastito o en algo blando harían sentir que valió pagar las 5 lucas de la chela.
El precio de algunos puestos de comida
Ya, como terminó el Lolla, voy a la yugular: McDonald’s loco, no podís vender un cuarto de libra SOLO, sin papas, sin bebida, sin niun cariñito a 8 lucas compadre. No puedes. NO DEBES. Te queremos siempre, eres nuestro bajón favorito pero compadre, tratar de hacerte las lucas con los que te seguimos como hinchada está mal. Siempre.
Dicho esto, había otros locales piolas con precios regulares. Habían completos a 5, promociones de 10 lucas que incluían cerveza y papas fritas. Pero loco, insisto, Mcdonal no vendís ni donas pa que te pasis la película.
Por cierto, mención honrosa al Dunkin que tuvo buenos precios y atendían a la velocidad de la luz. El resto, piola, pero nada pa destacar.
El Upgrade de Pepsi
La idea en sí era wena: pagar un extra para tener más sombrita y una barra exclusiva pintaba fabuloso en las fantasías de todos los asistentes cuando el sol pega más fuerte que Martín Vargas curao, pero, lamentablemente, nos comentaron que el sector estaba sobrevendido o mal calculado, ya que colapsó y la gente dentro estaba luchando por sombrita como los mortales que no pagamos el upgrade. Creo que hacer un mejor cálculo y revisar el espacio demás que permitiría que este upgrade fuese una opción real y conveniente (más si ofrecieran algún descuentito en los tragos o bebidas) a la hora de elegir la entrada al evento el próximo año.
Los Stands de las marcas
Si bien se notaba que le pusieron weno en hacer lindos stands y ofrecer experiencias, estos siempre estaban llenos y disfrutar realmente de ellos se hacía difícil. Una queja compartida por el Equipo Rata es que faltaron cosas gratis, lo que más nos gusta a las ratas. Se agradecería si el próximo año se hicieran experiencias con mayor capacidad o bien, en más lados para que todos pudieran aprovechar el asunto.
Ejemplo que me pasó: estuve más de 40 minutos haciendo una fila para entrar a una activación de McDonalds y no alcancé nunca a entrar.
Por favor, más sombra.
Estuvo brígido el finde y la verdad, cualquier arbolito era refugio para los acalorados, pero porfa, se ruega pongan más sombritas pal próximo evento. Si bien andar tapizado en bloqueador nos cuida la piel, el calor a veces era incapeable. Me la jugaría incluso que se tiren una piscina chica un día pa salir empapado y secarse a la wena de Dios. Pero bueno, son ideas no más, mejor pongan sombras pulentas y chao pescao, todos más felices.
Lo Feo
La salida
Si bien se nota que hubo un esfuerzo en tener el metro abierto hasta la 1:30 am y con recorridos complementarios de buses, es también notorio que un evento tan masivo como el Lollapalooza necesita muchísima mayor movilidad y comodidad de transporte para sus miles de usuarios. No hubo día que salir no fuese difícil a la hora que fuese. Y tomar el metro siempre fue incomodísimo. Filas kilométricas (el sábado fue brutal) para entrar, con alto riesgo de su cogoteo por apretamiento fueron tónica constante. Lo que sí, una vez dentro del metro el viaje fue rápido y cómodo.
IDEA: me encantaría soñar y creer que esto fuese posible, pero ¿cuanto costaría una alianza con alguna app de transporte como Uber, Cabify u otra o bien, de buses de turismo como Turistik para que tuviesen una zona especial y reservada de recogida de asistentes? Salir a esperar Uber era una aventura en todo sentido (en el mal sentido) y los taxis piratas que estaban como piraña fuera, sin taxímetro, eran una trampa para cualquier desesperado.
Ojalá puedan mejorar en este aspecto y ver que pueden tomarse medidas simples para reducir esas malas experiencias.
Y con todo esto cerramos el Lolla 2024. Para gustos colores, así que no hablaremos de los grupos y bandas que estuvieron, que cada uno sabe cual le gusta más o menos, pero si tú tienes algo que contarnos de tu apreciación de este Lolla, déjanos un comentario en Instagram y lo leeremos.